Volver a empezar
En el año 2011, después de estar muchos años trabajando en varios restaurantes, tanto en sala como en cocina y después de haber recorrido un mundo de aprendizaje, me animé a cambiar un poco el rumbo de mi vida laboral.
Desde hacía tiempo tenía ganas de montar mi propio negocio, un pequeño restaurante para cocinar mis platos y seguir aprendiendo de este mundo apasionante.
¡Fue el momento del cambio!
Junto a Rodrigo encontramos un bar pequeño, en la calle Olot, cerca de casa, en mi barrio… El Fondo.
Fue en ese momento cuando abrimos Bar Cafetería Loli. Preparando nuestra propia bollería, nuestro propio pan y los típicos “esmorçars de forquilla».

Ese pequeño bar me enseñó que lo más importante para salir adelante es amar y sentir lo que hacemos.
……
A partir del segundo año la gente empezó a conocernos y empezamos a ampliar la oferta gastronómica. Hacía “platos del día”, postres… Todo ello con productos frescos y de temporada, ofreciendo a mis clientes una gran variedad de platos .
Empecé a plantearme hacer un menú más elaborado.
Con la ayuda de mi hija comencé a preparar desayunos. Al mediodía, para el servicio de las comidas, contaba con la ayuda de Rodrigo. Y los fines de semana contaba con la colaboración de mi hijo, y yo intuyo que por esta razón nació su amor por la cocina.
Sin querer veía reflejado en uno de mis hijos, la misma pasión que sentía yo por la cocina.
Este proyecto comenzó a crecer y por eso decidí contratar un cocinero para que me ayudase con el trabajo, ya que a estas alturas era vital para seguir adelante con profesionalidad. Además era hora de que yo también me formase en esta profesión, así que me realicé varios cursos de cocina en diferentes escuelas de hostelería, lo que me aportó el ingrediente que me faltaba para poder realizar mi trabajo de forma integral, mezclando la pasión con la formación.
Primero fue Lázaro y después vino Rai, un genio de los fogones. Empezamos a preparar un menú diario rico, diferente, elaborado con los mejores productos del mercado y con mucho cariño. Nos atrevimos con el arroz con bogavante, uno de nuestros platos estrella, sin duda.
Cada día venía gente nueva, por lo que me di cuenta de que, para seguir creciendo, sin perder la esencia, debía dar otro paso hacia adelante…era el momento de buscar otro local que tuviera la cocina más grande, para poder hacer nuevos platos y descubrir nuevos productos y técnicas.
La actual Cuina de la Loli
Casi por casualidad encontré la “Cuina” actual. Después de reformar el restaurante a nuestro gusto, el día de Sant Jordi del 2015 abrimos al público.

Seguimos haciendo el menú diario con productos frescos y de temporada y además preparamos una carta con arroces y pescados.
Fue un gran cambio para todos.
Más tarde conocí a Toni, un gran chef. Su cocina fue todo un descubrimiento. Con él aprendí nuevos sabores, colores y texturas; apostando por productos de proximidad y haciendo guiños a otras cocinas del mundo.
Desde el principio nos ha gustado el mundo del vino, un mundo muy extenso y apasionante, por eso, tenemos también una extensa carta de vinos con varias D.O, además de unos excelentes cavas.
El siguiente paso fue todo un desafío, y era hacer un menú degustación los viernes y sábados noche, para que nuestros clientes pudiesen probar varios platos diferentes cada semana.
Lo que nos define es el trabajo diario, el cariño puesto en el producto y las ganas de seguir luchando para dar un servicio acorde con nuestros clientes.
Un nuevo desafio
Hoy nos encontramos ante un nuevo desafío, llevar nuestra cocina a todos los hogares que podamos, manteniendo nuestra filosofía, productos frescos y mucho cariño en todo lo que hacemos.

Gracias infinitas por acompañarnos desde el primer día, y solo esperamos estar en vuestra mesa todas las veces que lo deseen.
